Sabiamente alguien dijo que en nuestro país sólo se habían inventado cosas buenas: la primera, el Socialismo del Siglo XXI (que realmente se inventó en Uruguay) y la segunda, la Medicina Sistémica. Esto, sin mencionar el “Mata Calor”.
Con referencia al segundo invento, creo que más efectiva que la Medicina Sistémica ha sido la Mezzanina (otro invento venezolano, de eso estoy segura). Resulta, que luego de un tiempo de desaparición, vuelve a las arenas televisivas las famosas cuñas en las que la gente que sufría de uñas encarnadas, “ya pueden mover la cintura” o la gente que sufría de caspa “ya puede caminar”. Más recientemente captaron el nicho restante que era el de los obesos. “Antes no podía ni caminar, pero fui a la medicina sistémica y bajé 45 kilos”. Si Luis, no dejes de comer basura y empieces a hacer ejercicio para ver si bajas de peso.
Lo cierto es que cuando pensábamos que la Medicina Sistémica no podía ir más allá, pues inventó el “Mata Calor”, una bebida que supera al Gatorade, que lleva años de experimentos. Para ver las promos del Mata Calor, no pueden perderse el programa de las 12 de la medianoche cuando el Ing. Olalde es entrevistado por un médico de la misma medicina sistémica, en donde se cobran y se dan el vuelto.
¿No se han preguntado por qué si la Medicina Sistémica es tan excelente que cura desde la caspa hasta el Mal de Sambito, por qué sólo existe en nuestra adorada República, la misma que ve con fervor Sábado Sensacional?
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